Con las ayudas aprobadas este año por el Gobierno, los operadores de telecomunicaciones llevarán la fibra a más de 1,15 millones de hogares y locales comerciales de más de 2.300 entidades singulares de población de zonas no rentables, lo que supone beneficiar a algo más de dos millones de habitantes, fundamentalmente pernecientes a áreas rurales, lo que puede beneficiar directamente a las empresas de turismo rural.
Las citadas ayudas están recogidas en la convocatoria 2017 del Programa de Extensión de la Banda Ancha de nueva generación (PEBA-NGA) del Ministerio de Energía, Turismo y Agenda Digital, cuyo objetivo es garantizar altas conectividades en banda ancha fija a zonas sin cobertura actual ni prevista, ya sea porque son municipios pequeños o porque las rentas o las perspectivas de adopción son menores a las que se llevará una cobertura de banda ancha ultrarrápida de al menos 100 Megabits por segundo (Mbps), mayoritariamente con proyectos de fibra.
En la convocatoria de 2017, el programa comprende ayudas por casi 105 millones de euros (25 en la modalidad de subvención y 80 en la de anticipo FEDER), lo que supone un notable incremento respecto a 2016. Las ayudas cubren entre el 40 y el 80 % del coste de los proyectos, por lo que si se añade lo que aportan los propios operadores, los 138 proyectos aprobados generarán una inversión inducida de 169,5 millones.
Las comunidades donde más inversión se movilizará son Andalucía (33,9 millones) y, en segundo lugar, Galicia, con 15,2 millones de euros, ya que aunque la Comunidad Valenciana tiene una mayor dotación (25,2 millones) la intensidad máxima de la ayuda en esta comunidad es del 80% frente al 55% de la Comunidad Valenciana. Las diferencias en la intensidad de la ayuda responden a varios factores, como las condiciones orográficas, el tamaño de las localidades, el tipo de proyecto o los recursos de que se disponen.
Oportunidad para el turismo rural
La mejora de la conectividad en estos puntos puede una gran oportunidad para desarrollar con más fuerza el turismo de interior. Y es que”el problema de la conectividad en el mundo rural es el principal hándicap que administración y empresas señalan, y que se convierte en una auténtica barrera de acceso en un momento en que la necesidad de estar conectado forma parte de las demandas de consumo fundamentales de muchos viajeros”, según recoge un recientes estudios sobre el turismo rural.