El turismo de cruceros está en alza. Y para muestra unos datos: según la Asociación Internacional de Líneas de Cruceros (CLIA) en 2017 este sector superará los 25 millones de pasajeros que podrán viajar en 26 nuevos barcos oceánicos y fluviales que se podrán en marcha a lo largo de este año. Además, si nos referimos a los cruceristas españoles, esta misma entidad explica que en 2015, 466.000 españoles eligieron un crucero para disfrutar de sus vacaciones, lo que representó un crecimiento de cerca del 3% con respecto al año anterior. De ellos, el 71% ha repetido experiencia, y nada menos que el 58% ha hecho un crucero tres o más ocasiones. Si nos atenemos a las cifras en los puertos gallegos, el año pasado llegaron un total de 195 cruceros, uno más que en 2015 con un total de 301.815 pasajeros (-18% respecto a 2015), muy lejos aún de los grandes puertos españoles, que cerrraron ejercicio rozando los 6 millones de cruceristas.
Los mejores resultados en número de cruceros ha sido para el puerto de A Coruña pero Vigo ha seguido marcando mejor resultado en número de cruceristas. Sin embargo, de cumplirse las previsiones de la Autoridad Portuaria de A Coruña, que ya tienen cerradas 121 escalas que traerán a la ciudad a más de 170.000 cruceristas, este 2017 será el primer año en el que la dársena coruñesa supere en pasajeros a la de Vigo.
Sin embargo, más allá de la pujanza de uno u otro puerto, determinada por las circunstancias especiales de cada uno (distancia, calado, logística, acuerdos con navieras, etc.) lo más importante es superar la estacionalidad y trabajar coordinadamente para ganar mercado, convirtiendo a Galicia en un hub de las rutas de cruceros, igual que lo sería para el tráfico aéreo. El principal competidor, igual que ocurre con los aeropuertos, vuelve a ser Oporto, concretamente la terminal de pasajeros de Leixões. Mejorar las instalaciones portuarias y luchar contra la estacionalidad de este mercado abriendo nuevas rutas son dos de los grandes retos de este mercado ya que la mayoría de los cruceros que llegan a Galicia lo hacen entre mayo y septiembre, es decir, en el cambio de estación de rutas y Galicia se queda fuera de las rutas de verano e invierno. Por todo ello Galicia ha de seguir afianzando su posición en este pujante sector de negocio, trabajando para incrementar el número total, independientemente del puerto de destino. No hay que olvidar que un crucerista deja de media en la ciudad entre 50 y 80 euros que repercuten tanto en el comercio como en la restauración.