A expensas de su publicación en el DOGA, el Consello de la Xunta de Galicia de esta semana aprobó finalmente la nueva normativa que regulará los establecimientos hoteleros, un decreto que desde el Clúster Turismo de Galicia se valora positivamente por la introducción, por vez primera, de criterios de percepción de calidad por parte del usuario así como de una importante flexibilización en los parámetros métricos.
Se trata, además, de la primera de las normativas que se ha gestado con una fluida comunicación entre la Administración Pública y el sector, de la mano del Clúster Turismo de Galicia como interlocutor. “Para la elaboración de esta nueva normativa, que introduce importantes avances en cuanto a la valoración de los servicios prestados frente a la rigidez de los metros cuadrados, se ha escuchado al sector y se han tenido en cuenta nuestras consideraciones para introducir nuevos criterios de valoración. Es un paso muy importante para nosotros como colectivo”, explica el presidente del Clúster Turismo de Galicia, Francisco González.
Entre las principales novedades que aporta esta normativa destaca la introducción de un sistema de calificaciones por puntos que permita tener en cuenta, por una parte, las infraestructuras y el cumplimiento de unos mínimos obligatorios para todos los establecimientos de la misma categoría, y por otra parte, los servicios prestados por los establecimientos, ofrecidos a la libre elección de los titulares de los mismos.
Este nuevo sistema supone la introducción de parámetros de calidad del servicio en la categorización de los establecimientos a través de la valoración de aspectos como confortabilidad, mobiliario y equipaciones de las habitaciones, acceso a los servicios complementarios, servicios de restauración, servicios de telecomunicaciones, etc.
En este nuevo sistema de clasificación por puntos se valoran tanto la importancia de la percepción de la calidad que tienen los consumidores y usuarios, como los requisitos mínimos que se tengan que cumplir en todo el territorio gallego, adecuados a los estándares generales del sector. Asimismo, incluye la posibilidad de mejorar la competitividad de los establecimientos, mediante un sistema flexible de la clasificación con un espacio que permite la innovación empresarial en nuestro territorio.
Armonización con otras normativas
Además, se introducen elementos de flexibilidad en la rigidez métrica de las superficies exigidas con la finalidad de facilitar la rehabilitación de edificios, la conservación del patrimonio histórico y artístico y una adecuada adaptación de la norma intentando de armonizarlo tanto con el resto de normas de otras comunidades autónomas como con las de nuestro entorno más inmediato, en especial con la normativa europea.
Con la puesta en marcha de esta nueva normativa, que tendrá lugar tras su publicación en el DOGA – previsiblemente la próxima semana- los establecimientos hoteleros quedarán agrupados en dos grupos, hoteles y pensiones. A su vez la categoría hoteles incluye varias subcategorías: hoteles, hoteles apartamentos, moteles y dos nuevas subcategorías: hoteles balneario y hoteles talaso.
Se mantiene la clasificación por estrellas
Con independencia de la modalidad a la que pertenezcan, todos los establecimientos hoteleros seguirán acogidos al sistema de clasificación por estrellas, exceptuando los moteles, que se clasifican en una única categoría debiendo cumplir como mínimo las condiciones que le corresponderían a un hotel de dos estrellas. También quedan acogidos a la clasificación por estrellas las pensiones, agrupadas en tres categorías de una, dos y tres estrellas. Las categorías de una, dos, tres, cuatro y cinco estrellas podrán tener, ademas, la calificación de superior.
En lo que se refiere a las pensiones, la normativa recoge que se podrá denominar Hostal a aquellas pensiones que dos y tres ellas que cumplan con los requisitos establecidos en el Decreto. La denominación de Posada quedará supeditada a aprobación por parte de Turismo de Galicia, siendo necesario que cumpla una serie de requisitos, entre ellos que el establecimiento esté clasificado, como mínimo, como un hotel de dos estrellas superior.
El decreto ha decidido mantener la clasificación de estrellas atendiendo a su reconocimiento internacional ya que se considera que los turistas siguen asociando el número de estrellas otorgadas en cada establecimiento hotelero con un determinado nivel de calidad de instalaciones y servicios.